Premio EDEBÉ de Literatura Infantil 2011:
EN BUSCA DEL TESORO DE KOLA, de Edna López

La exuberante isla de Kola está siendo azotada por una pertinaz sequía cuando Omar, un niño huérfano y, por lo demás, un habitante insignificante, recibe una carta extraordinaria. La carta no es excepcional porque haya sido entregada por Silverio, el mensajero que vive dentro de la panza de un gran oso pardo; lo verdaderamente asombroso es su contenido: proviene del pasado y contiene el secreto del tesoro de la isla. Solo hay un pequeño problema: está escrita en un antiquísimo lenguaje aún por descifrar.

Comienza así una fascinante historia de aventuras en la que el niño protagonista debe recorrer todo su país, a través de dunas de colores y tierras fronterizas. Durante el viaje, sorteando todo tipo de peligros, recluta a una pandilla muy particular de personajes: Ernesto Taimado, el niño-bandido de gran corazón; Isa, la increíble niña menguante; Marquesita, la langosta tímida, y la joven Princesa Papina. Todos ellos serán imprescindibles para que Omar descubra el mayor de los tesoros, aquel cuyo valor nunca podría haber calculado.

Publicación: marzo 2011

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Edna López

Edna López nace en 1977 en Los Realejos, al norte de Tenerife. En 1995 se traslada a la ciudad de San Cristóbal de La Laguna para realizar estudios de Derecho. Tras licenciarse en el año 2000, ejerce durante un tiempo como abogada. Posteriormente, comienza a trabajar como asesora legal, actividad que compagina con su gran afición literaria.

Actualmente, ultima estudios universitarios en la licenciatura de Antropología Social y Cultural.

Su primera novela, En busca del Tesoro de Kola, comienza a gestarse en el año 2008, inspirada en los legendarios «discos de Phaistos». El libro, que recoge parte de los grabados originales de esta reliquia arqueológica a modo de enigmático lenguaje, está orientado a satisfacer la despierta curiosidad de los jóvenes lectores por la aventura, el misterio y el conocimiento.

“Si algo pretendo compartir con esta novela es la idea de abrir la mente, despojarla de prejuicios y llegar a valorar la esencia de las cosas más allá de lo puramente material, porque las apariencias son una barrera para encontrar auténticos tesoros.”